miércoles, 25 de julio de 2012

Una mala noticia: Mi Primo ha muerto


Por: Javier Alexis Sandoval Ramírez

Era un día domingo 28 de enero, domingo en familia sin saber que en otro lado sufrían unos familiares nuestros…

Eran exactamente las 3 de las tarde y estábamos reunidos casi la mayoría de la familia donde mi abuela en el Centro Poblado de Mallares, cuando de pronto mi papá recibió un llamada de mi tía desde Talara dándole una mala noticia: MI PRIMO HABIA MUERTO.

Mi familia no sabia nada, excepto yo porque en ese entonces estaba muy pequeño y no sabia que tan grave era esta situación, cuando lo veo llorar a mi papa, yo pregunté ¿Qué pasa? Me dijo nada, no pasa nada. Yo no le creí porque se notaba triste. De repente mi papá me dice, llama a tu mamá, yo obedeciendo la llamé… ella también lloró y preguntaba ¿Dónde ha sucedido? ¿Cómo? ¿Porqué?. No entendía nada pero mi mamá pensaba que lo habían matado cuidando mi casa en talara, por que el se ganaba una propina.

Todos lo comenzábamos a saber, uno por uno, siendo muy discretos por mi abuela, ya que ella sufría de la presión, no sabíamos como decírselo pero el motivo había sido diferente a lo que pensaba mi mamá.

Cuando mi abuela nos vio muy tristes de un momento a otro, pues habíamos estado en plena chacota si se podría decir así, entonces nos dijo que le expliquemos el motivo. Finalmente tuvimos que decírselo, pero le pedimos que se tranquilizara, aunque lo que logramos fue ponerla más nerviosa.

Le dijimos que había muerto Pedro, era el mayor de todos sus nietos, ella rompió en llanto y nos dijo: ¿Cómo murió mi pepito díganmelo? Le explicamos que el había estado en la playa y que no se había percatado que la marea estaba alta y había chocado con uno de los tubos de petróleo que habían en esa zona. Ella no lo podía creer, bueno nadie de la familia lo creía pero eso no era lo mas trágico, por que a pesar que llevaba ya horas desaparecido en el mar este no lo devolvía, eso nos entristeció mas lo que nos obligó a que todos alistemos nuestras cosas para viajar inmediatamente al lugar de la tragedia. 

Una vez estando en talara nos informaron que tuvieron que arrojar ropa que el había utilizado antes de perderse para que este lo devolviera. En el lugar todo era muy triste, y cuando vimos a nuestros tíos rompimos en llanto porque era algo inesperado, luego cuando lo trasladaban de regreso a casa, nos entristecimos mucho tanto que no nos importó los costos, solo queríamos ver por ultima vez a “pepito”.

Al día siguiente que el mar caprichoso lo devolviera su cuerpo, se realizó su sepelio. Una cantidad impresionante de gente lo conocía, pues toda la cuadra del “Paradero 20” lo acompañó hasta el cementerio. Ese día nos marcó a todos, que cada vez que lo recordamos nos llenamos de tristeza.

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