viernes, 27 de julio de 2012

Locura por una decepción amorosa


Por: María Magdalena Montalbán Lacsahuache

Mi nombre es Marina Domínguez Rojas, del caserío de Poclus Bajo, distrito de Frías, mi testimonio es sobre la enfermedad que tenia de mi hijo de 21 años,  según la señora a ella le preocupó el cambio que dio su hijo de un momento a otro, pero no sabían cuál era el problema que tenía el joven, ellos empezaron a preguntarle sobre lo que tenia o le sucedía, fue entonces que el muchacho les relató que él estaba enamorado de una chica, y que no le podía expresarle sus sentimientos, pero llego un día que fue muy valiente y empezó a declarársele en donde la chica le aceptó, y tuvieron una relación por mucho tiempo.

Pasando el tiempo entre ir y venir, se encuentra con la grata sorpresa de que su enamorada lo estaba engañando, entonces eso hizo que tuviese ese cambio, empezó a afligirse, llegando al punto  que se volvió loco.

Entonces sus padres empezaron a conversar con él, pero no les escuchaba, le buscaron remedios por medico (brujo) porque  pensaban que la chica le había hecho “daño”, pero con el pasar de los días, poco a poco iba calmándose, entonces decidieron enviarlo al ejercito de Piura.

Se fue al  servir a su Patria, al Perú, pero no se acostumbró, regresando nuevamente. El muchacho continuaba con ese sentimiento que hacia la chica, a pesar que lo había engañado, y nuevamente se volvió a recaer, llegando a un límite de encerrarlo porque estaba indiferente  y se mostraba agresivo al punto de golpear  a las personas .

Tuve la suerte de conocerlo al joven y ser parte de lo que sus padres comentaban en la forma de cómo el reaccionaba. Fue un 15 de mayo del año 2009, cuando celebraban el día de la madre, entonces yo me encontraba atendiendo en la botica “MARIA HERMINIA” de Frías, cuando de pronto apareció por ahí, y como había bastante gente se acercó, con un cuchillo en la mano    entonces yo no sabía que hacer en ese momento, lo único que hice fue preguntarle a quien buscaba o que deseaba, el me respondió una pastilla, pero yo no sabía que darle.

Al rato después que salió de la botica, cerré la puerta y no la abrí hasta que sus hermanos lo llevaron a su casa. Hoy en día este joven está recibiendo un tratamiento médico y se está recuperando.

Este Testimonio fue recopilado por parte de su mamá y  mía porque tuve la suerte de presenciar el comportamiento del joven.

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