miércoles, 25 de julio de 2012

Él Siempre buscaba a mi amiga

Por: Lorena Rivera Cruz            

Hace algún tiempo conocí a una chica de más o menos 15 años. La conocí en un taller de formación personal al que yo también asistía. A la salida y en pleno taller iba a buscarla un hombre mucho mayor que ella, por lo que deduje que era su padre por la forma cómo la trataba. Pero note que la presencia de aquel hombre le incomodaba un poco, pero en esos momentos no hice caso a suposiciones.

Al próximo taller, que se realizó en la escuela en donde yo estudiaba, otra vez fue ella pero ya no en grupo, sino sola con un profesor y también fue ese hombre por que era director de la escuela primaria en el lugar en donde ella estudia.

Otra vez volví a ver como se le acercaba, le hablaba y ella solo permanecía callada. Como estaba sola me dijo que la acompañara al baño. Luego ya no oculté la duda y le pregunté si ese señor era su padre, a lo que respondió que no, entonces volví a preguntarle que si era algún familiar o algo por que en el otro taller se subió con ella a la misma combi y la trataba con cariño.

Fue entonces que me dijo, que ese hombre no era nada de ella, que siempre andaba tras ella, que le quería dar de todo para hacerla sentir cómoda, que incluso una vez la había invitado a ir a tomar un refresco en su moto y que tuvo que decirle que tenía trabajo en internet, y evitar la invitación.

Me contaba que todo el tiempo era lo mismo, en realidad la acosaba hace mucho y que no podía decir nada porque era un “amigo” de su madre. Aun así que yo andaba acompañándola, él seguía acercándosele. Yo le dije que le contara a sus padres, pero sentía temor por eso no lo hacía.

Ese día me pidió que me quedara con ella hasta la tarde para hacer un trabajo, para ver si desistía de esperarla y se marchaba. Luego optó por irse con algunos padres de familia y él se fue solo aparte.

Paso algún tiempo y ese hombre llegó al colegio buscándome y me mando a llamar a la dirección para confirmar si es que lo reconocía, yo le respondí que sí. Después que se retiró me entere que la chica al fin había hablado por que estuvo a punto de tocarla y que lo había denunciado.

Me buscaba a mí y a mi familia para saber cuánto me había contado, porque ella me lo dijo todo y en su declaración me puso como única testigo. Averiguó mi dirección y llego a mi casa y como no me encontró se marchó. Luego llegó ella con su padre para decirme que vaya a declarar.

Me enteré que no era la primera la vez que ese señor se veía involucrado en algo así y que a pesar de eso siempre salía bien librado. Hasta donde sé ella declaró todo y desde esa vez ya no volví a saber nada de ese caso.

En ese tiempo me invadió un terrible temor, un miedo inexplicable. Yo quería dar lo que fuese  por ayudar para que esto no se vuelva a repetir, pero por otra parte presentía que si es que algo decía o hacía él iba a tomar alguna represalia contra mi familia o contra mí. Me acobardé y lamento no haber hecho nada. No sé que pasó hasta ahora.

Muchas veces decimos cosas con convicción, pero en el momento en que te toca afrontarlas no sabes que hacer, suena egoísta pero  solo sabes que tienes que elegir  entre ellos o los tuyos.

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