miércoles, 25 de julio de 2012

Espero no se repita nunca más


Por: Lorena Rivera Cruz

A los diez años de edad, recuerdo que aún iba en cuarto grado de primaria me tocó vivir algo muy triste. De un día para otro me dio alergia en todo el cuerpo, creo que había sido porque comí algo. Más o menos a las nueve de la noche mi situación empeoró, por lo que mi papá tuvo que llevarme en brazos hasta el lugar muy distante donde pasaban los vehículos.

Cuando llegué al hospital me inyectaron como cuatro veces, fue para mí aterrador. Al día siguiente regresé a mi casa, un poco mejor, pero lo extraño es que no pude caminar aproximadamente cerca de un mes. Era algo realmente triste porque tenía que necesitar para todo de mis padres y de mis amigas, hasta me llevaban en brazos a la escuela.

Por mi parte me sentía completamente inútil, burlas y tristeza por ver a mis padres que ya no sabían que hacer. Pero gracias a Dios de un momento a otro me recuperé y todo volvió a la normalidad, y aunque no encontré explicación a lo que me sucedió,  ya no se ha vuelto a repetir y espero no se repita nunca más, porque temo que esta vez ya no sea solo por un mes…

No hay comentarios:

Publicar un comentario