viernes, 27 de julio de 2012

¿Qué tal diíta?


Por: Roberto Carlos farfán sunción

Domingo el día más esperado por mí ¿para?.  Pues para descansar, jugar futbol y en la noche ir con mi novia a bailar a un quino (quinceañero) donde estaba de pareja. El día estaba totalmente planeado. Hasta los pajaritos cantaron lindo cerca de las 8:30 de la mañana. Mientras yo seguía en la cama mi papá se me acerco y me dijo Roberto tienes que ir a ver pasto para la burra porque toda la semana no ha comido nada te llevas la hoz y cortas dos tercios.

Pucha, me ardía el cuerpo de cólera pero poco a poco se me pasó, definitivamente el descansar y el jugar futbol se había postergado pero gracias a Dios me quedaba el baile.

Me puse de pie, me di la bendición por ser un bonito día, desayuné y me dirigí a ensillar a la burra para ir a la chacra a traer pasto,  la ensillé, pero no tuve en cuenta que la rienda no estaba en buen estado pues estaba a punto de arrancarse. No importa dije a la vuelta lo arreglo, mientras mi papá me dijo ten mucho cuidado hijo.

Yo le dije tranquilo viejo guárdame para la noche 20 Lucas, (soles) que quiero para ir a bailar. Mi padre no podía decir que no, por que se iba cobrar y más aun por que había dañado el día la única opción de descansar.

Ya en ese momento me monté en la bestia y arranqué a una velocidad terrible. Escuché decir a mi padre  “ya se cayó ese cojudo”. Corriendo, corriendo eso si me gustaba la gente del pueblo me gritaba vamos Roberto, yo me sentía un vaquero de repente escuché el sonido de la rienda que al instante se arrancó. Yo caí al suelo, en un espinera y en un montón de ceniza, en unos minutos quede inconsciente, la gente al verme corrió y al saber que estaba bien comenzaron a burlarse, luego me dirigí a casa donde se repitió la misma escena lo peor es que me mandaron a ver otra vez pasto en bicicleta para mi mala suerte se cruzó una serpiente y volví a caer a otro espinera donde todo mi cuerpo incluido mis “nachas” tenían espinas.

Volví a mi casa y me fui a dormir, cuando desperté mi novia me llamó para ir al “quino”, yo le dije que en un momento estaría por el “quino”, pero cuando quise levantarme una espina se me había incrustado en la rodilla lo que impedía caminar así que no fui.

Al día siguiente la chica me “mandó a volar” porque la había dejado plantada y yo no le dije nada porqué estaba seguro que no me iba a creer. Fue un día de aquellos que nunca quisieras recordar.

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