Autor: Irwin Paul Zapata Viera
(*) 10 octubre 2012
Cuando
el bus se detuvo en el lugar soñado, la voz de la realidad me freno
bruscamente.
-
¡pasajeros
que bajan en Cusco¡ grito el ayudante del chofer.
-
Suspire
asustado., ya no podía retroceder tenía que enfrentarme a mi destino.
Cusco, era el lugar en donde yo
había vendido pasteles, había caminado
sin zapatos y con mis pantalones rotos. Mi mamá lavaba ropa para el pueblo, mi
casa verde sin techo y sin luz albergaba a niños con hambre y frio. Los
especialistas me habían recomendado viajar a mi pueblo para superar mis
problemas. Le había pedido ayuda a dios.
-
¡baje
rápido señor ¡ volvió a recalcarme el ayudante.
-
Ya
señor le respondí.
Fui
el ultimo en bajar, ahora ya estaba en el lugar soñado. En la esquina que había
bajado, en ese lugar yo había lavado los platos para ganarme mi comida. El
dueño había sido avaro, tacaño y miserable, prefería guardar la comida para sus
chanchos antes que dárselas a los pobres, las veces que yo hacía de testigo me
daba cólera y pena porque siempre he estado en defensa de los débiles y por eso
también sufría.
Apenas había bajado del ómnibus y ya
me había llenado de recuerdos, creía que mis malas experiencias podrían servir
para una esperanza., que al mismo tiempo que me liberaba también otros podrían
liberarse.
Terminaba dándome cuenta que debía
empezar por mí mismo. Había vivido cosas difíciles y vivía preso de esos
recuerdos. Había tomado la decisión de ser libre y sanarme. Había pedido ayuda
a Dios, pero las cosas no eran fáciles, me costaba decir la verdad y dejar los
vicios. Levante mis pasos y me iba hacia adelante, la historia recién comienza,
pero ya me veía llegando a mi destino, tenía un mensaje que transmitir y quería que llegue a todos, me habían dado
un encargo y no quería fallarle al poderoso.
“Fermín, Fermín., me hablaba esa voz”
yo era un viajero veloz y tenía que controlarme los diálogos íntimos me
ayudaban a serenarme ambas voces salían de mi, una luchaba para ser feliz y
otra para gozar, a una le gustaba la verdad y a la otra la mentira.
(*) Estudiante del Segundo Ciclo
de Administración de Negocios Agropecuarios del Instituto de Educación Superior
Tecnológico Público, “Centro de Formación
Profesional Binacional”, Mallares, provincia Sullana, Piura-Perú
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