Autor: Israel Esau Suarez Severino (*) 17 octubre 2012
POR:
ISRAEL ESAU SUAREZ SEVERINO
Fue una noche muy pesada de terror y espanto,
cuando salí de mi pueblo aproximadamente las doce de la noche y separándome de
mis amigos por que había discutido con uno de ellos.
En
el transcurso del camino, caminaba y caminaba con la idea de que la
minyula me podría espantar,
entonces la idea parecía que se hacia realidad. Fue así que empezó a escucharse
ruidos raros entre las copas de los arboles, seguía caminando y me encontré con
una pequeña vertiente de agua donde sentí que delante de mi había un bulto
blanco con una luz que prendía y apagaba.
Me
empezó a dar mucho miedo cuando la sombra no me dejaba pasar y continuar mi
camino, entonces me llené de mucho coraje e intenté pasar, pero la sombra me
seguía , de repente alcé la mirada y vi que la sombra tenia los ojos rojos que brillaban como brasas de carbón
ardientes, unos colmillos que traspasaban las mandíbulas y con un cuerpo que
solo era esqueleto.
Sentí
mucho pánico y caí desmayado, fue entonces que me quede dormido y la sombra me
arrastraba por la vestimenta y fui a dar a una caverna cuando desperté no había
nada, solo letras de sangre en la pared de la caverna que decía “los buenos amigos deben ser como la sangre de una herida que
llegan a ella sin que la llamen”.
Entonces
paso que el resto de mis amigos me encontraron sonámbulo porque habían seguido
las huellas que había dejado cuando la sombra me arrastró y decidí contarles lo
sucedido.
“TODO
ESTO SE CONVIRTIO EN UNA LECCION PARA MI.”
(*) Estudiante de Administración de Negocios Agropecuarios del Segundo
Ciclo del Instituto de Educación Superior Tecnológico Público, “Centro de
Formación Profesional Binacional”,
Mallares, provincia Sullana, Piura-Perú
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