Autor: José Manuel Vílchez Gómez (*) 13 octubre 2012
Era
la historia de un jovencito, llamado Josué; él había encontrado la felicidad al
lado de una gran persona llamada, Esperanza. Cada día que pasaba se convencía
que ella era la persona ideal con la que quería pasar el resto de su vida.
Esperanza,
un día, cuidando sus rosas le da un mareo y se desmaya, Josué corrió a
levantarla, preocupado que le había pasado, la lleva donde el doctor, inesperadamente
los análisis arrojaron que tenía una enfermedad mortal, que con en el pasar del
tiempo sus fuerzas se le iban agotando, hasta que llegue el día de su fin. Josué
angustiado y desesperado cada día que pasaba oraba y le pedía al señor un
milagro, para que se salvara su amada y se recupere, para que así puedan seguir
siendo felices como antes.
Lamentablemente
el día inesperado llegó en el que Esperanza, ya no tenía más fuerzas alguna
para seguir viviendo, llorando en su agonía, llamo a Josué, le dijo que es el
amor de su vida y que era lo más lindo que la vida le había podido regalar y
que nunca olvide el gran amor que se habían tenido; diciendo estas palabras, Esperanza
dio su último suspiro y partió, Josué en un baño de lágrimas le juró ante su
tumba que nunca en la vida amaría a nadie más, porque al partir se había
llevado su corazón con ella.
Triste
y enojado con la vida, porque le había arrebatado al ser más querido. Se dedicó
a seguir cuidando las rosas ya que estas, lo hacían recordar a su amada, un día,
llegó por el huerto, el ser más hermoso que pudo haber existido en la tierra,
lo que más le resaltaban eran sus ojitos chinitos y su mirada tan dulce y
tierna a la vez; Josué se quedó cautivado por la belleza de esta mujer ya que
parecía un ángel caído del cielo; le preguntó su nombre y le dijo que cual era
el motivo por el que ella estaba en su huerto. Me llamo Belén y estoy buscando
trabajo le respondió, Josué le dijo que él no necesitaba de ningún ayudante,
pero si necesitaba trabajo él se lo podía dar, pero con el sueldo mínimo, la muchacha
aceptó y dijo que iba a poner mucho empeño en su trabajo.
Josué
le explico cuál era la función en su trabajo y que debía tratar a esas rosas
con mucho amor ya que eran parte de su vida, al transcurrir los días Belén le
pregunta, porque trataba con mucho amor
a esas rosas si eran comunes y corrientes como las demás, este se puso a llorar
y le comenzó a explicar lo que le había pasado en la vida, Belén enternecida lo
abrazó y le dijo que era un gran hombre y que sentía mucho por lo que le había
pasado.
Belén
comenzó a sentir algo por Josué, pero este no le respondía por el juramento que
le había hecho a su amada ante su tumba; una noche Josué en sueños ve a su
amada triste diciéndole que ella no podía descansar en paz, porque veía que no
era feliz, él le responde que nunca nadie va poder ocupar su lugar y que
siempre la va amar.
Esperanza
en sus sueños le dice que si realmente la amaba que sea feliz y que lo dejaba
libre de cualquier juramento que él le había hecho; Josué se despertó llorando
y comprendió que su amada quería que sea feliz y que rehaga su vida. Josué le
explicó a Belén del sueño que había tenido y que el también sentía algo por ella
pero que comprendiera que Esperanza era parte de su vida, Belén comprendió y lo
aceptó tal y como lo había conocido.
El
tiempo transcurrió, Josué y Belén tuvieron una bebe y decidieron llamarla Esperanza
en memoria de su amada; por fin Josué comprendió que las cosas de la vida pasan
por algo y que Dios había destinado algo en su vida; que era su nuevo amor Belén
y su hija Esperanza.
(*) Estudiante del Segundo Ciclo
de Producción Agropecuaria del Instituto de Educación Superior Tecnológico
Público, “Centro de Formación
Profesional Binacional”, Mallares, provincia Sullana, Piura-Perú
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