Por: Yubicza Parihuaman Granda
Julio un niñito
pequeño de las alturas de la serrería
en donde le gustaba pastar sus ovejas y cuidarlas de una manera muy arraigada y con mucho cariño, siempre llevaba consigo
un libro que leía contantemente y sin parar, tanto así que en el colegio le decían
“raro” porque siempre andaba solo con su ganado y su libro de 350 páginas.
Los profesores conversaban con sus padres para decirles que ellos tenían un hijo diestro, que a su
edad podía leer libros que otro chicos
no podían, pero sus padres no entendían
lo que los profesores querían decirles. Es que el chico debía estar en un lugar
donde pertenencia: en el campo con su ganado.
Un día el pequeño decidió enseñar a sus analfabetos
padres a leer y escribir. Con el tiempo sus padres comprendieron de que su hijo
no debía estar por este pobre pueblo y que ellos debían hacer lo necesario para
sacar a delante al muchacho, por lo que vendieron todo el ganado del muchacho y
lo pusieron a estudiar al mejor colegio
de piura.
En Piura Julio sobresalió y fue el mejor de la clase luego fue a la Universidad donde
hizo lo mismo y ahora es el orgullo del pueblo y de sus ancianos padres.
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