Escrito por: Ana Jackeline Saldarriaga zapata (*)
Aún
recuerdo como si fuese ayer cuando corría sin zapatos, por la arena caliente de
mi humilde pueblo, corría rápidamente pues la arena se encontraba muy caliente
por la radiación solar. Pero se preguntaran ¿por qué corría? Pues corría por
que al fin luego de 20 días llegaba el agua al pequeño canal llamado perlita.
En realidad todos los pobladores corrían desesperados y alegres, llevando
consigo muchos depósitos para almacenar agua, suficiente para poder sobrevivir.
Es que
es la cruel realidad. Mi pequeño pueblo
no tenía agua todos los días, como muchos de nosotros que no la tenemos en nuestros
hogares; la única esperanza de mi
pequeño pueblo era esperar el agua. Cuando el agua llegaba a mi pueblo, es como
si se escuchase el cantar de los pájaros por la mañana.
Cuando
el agua llegaba, yo muy alegre esperaba que el agua pase por detrás de mi
humilde casa, pues allí había un pequeño canal que servía para regar nuestros
cultivos de limón y un sin número de alimentos, porque déjenme mencionarles que
lo más hermoso que tiene mi pueblo es su hermosa vegetación y aire puro.
Esperando
el agua detrás de mi casa tenía una planta de tamarindo enorme, en aquel
tamarindo tenía una hamaca (columpio) en
ella solía mecerme y tirarme al pequeño canal. Era hermoso y fantástico estar
allí repitiendo mis acrobacias y a la vez disfrutando de un refrescante baño. ¡Ana!,
¡Ana! Era la voz de mí mamá que me llamaba diciéndome: ya sal del agua, y
suelta los patos del corral. Salía apresurada del agua y soltaba a los patos.
Ellos eran muy alegres extendían y batían sus alas, volando hasta llegar al canal,
zambullían y mojaban sus alas; quedando tan limpios y hermosos que eran dignos
de admirar.
Es aquí
donde comprendí cuanto y como la vida de aquellos seres vivos dependía de una
gota de agua. Quizás vivir allí me enseño a valorar y cuidar el agua.
Son
muchas las experiencias pasadas en mi pequeño pueblo donde solía vivir, el agua
se cuidaba con mucho esmero, no se desperdiciaba. Muchos de nosotros ni importancia,
ni valor le damos al agua, pues decimos el agua nunca se va acabar, pensemos
que como dice el dicho” el agua gota a gota se agota”.
Es
verdad aunque usted no lo crea el agua se agota, gota a gota, todo es una bancarrota.
Cambiemos por nosotros porque los futuras sequías que se presentarán serán por nuestra culpa, no contaminemos el
agua pensemos que mientras tú la estas desperdiciando hay personas que la
necesitan, inclusive mueren por no tener este maravilloso recurso. Cambiemos
por nosotros, por nuestros futuros pequeños.
Deja
atrás esa mala costumbre de: es una sola gota que bota mi cañería, ¡sí! es una
gota pero recuerda esa gota es la salvación de muchas vidas, es el alegre
cantar de los pájaros, es el hermoso batido de las alas de los patos. Recuerda
nuestra vida depende de una gota.
(*) Estudiante del
Módulo de Producción de Textos, del Segundo Ciclo de La Carrera Técnica de
Producción Agropecuaria (PRODA ll) del Instituto de Educación Superior
Tecnológico Público “Centro de Formación Profesional Binacional”, del distrito
de Marcavelica, provincia de Sullana, Región Piura-Perú.
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