martes, 7 de noviembre de 2017

La mejor en el mundo

Escrito por: Yadira Medina Soto

Me encuentro aquí de vuelta  en mi viejo barrio camino a casa con unas ganas infinitas de volver a ser niña para tener más tiempo con mi madre.

Se llama Ángela y hace merito a su nombre por sus actitudes de ángeles celestiales, es hermosa y de piel morena como la mía, me encantan sus ojitos azabache y su bello pelo largo rizado que tanto amo. Más allá del físico lo que la hace bonita es su corazón lleno de una pureza bendita.

Cada vez que la miro agradezco al cielo por su presencia, a Dios por dármela y a la vida por mantenerla a mi lado.

Sé que soy la mujer más afortunada por aún gozar de su compañía, por sentir esos delicados besos cual pétalos de rosa que acarician mi frente y mis mejillas.

Es que es tan normal y a la vez tan diferente, es sencillamente tan especial que ilumina mi mente… es el amor de mi vida ella si lo sabe y se lo diré siempre así la voz se me apague.

Es el ángel que me guía de noche y de día, oír esa melodiosa voz me llena de alegría. Cada madre tiene algo especial y no  hay dos en la vida  pero estoy segura que la mejor en el mundo es la mía. 
  
Sus ojos de lucero solo muestran su sinceridad, su sonrisa radiante hace competencia con el sol, estar a su lado se siente tan bonito, sus abrazos tan fuertes te dan calor.

Con solo admitir que es el ser más bello que yo haya conocido en este universo; es inteligente porque siempre sabe cómo resolver las cosas, juro que en la vida no conocí a una mujer tan  trabajadora, que duerma solamente un par de horas y que vele por los suyos aunque a veces crea, que no la valoran. Reza cada noche por todos los que ama, y despierta con una sonrisa cada mañana.

A pesar de las tristezas siempre emana felicidad y nos contagia de alegría solo con una mirada.

Es como una caja de sorpresas, pues tiene muchas destrezas no hay chef que le haga competencia cuando de comida se trata; sabe coser y tejer, sabe cantar y hasta sabe hacer los pasteles mas deliciosos.

 Es la más bonita comediante cuando nos ve tristes, se convierte en enfermera cuando nos enfermamos, la hizo de profesora cuando yo no entendía y hasta de guardaespaldas pues me cuidaba día a día.

Hoy añoro algunas cosas, porque ahora ya crecí y me alejo poco a poco  del lugar donde nací; la veo poco y no lo puedo evitar, tengo que acostumbrarme a esta realidad.

Mi madre no me falta pero la extraño mucho… quisiera volver a vivir a su lado y que me cante al oído con mucha delicadeza un “duérmete mi niña”.

El tiempo pasa y ya soy adulta, mi madre envejece pero no pierde su ternura, aunque su cabello se torna blanco y sus manos tienen arrugas.

Lo que no pierde es la esencia de su amor porque en cada visita aun siento ese calor. Estoy agradecida porque es la responsable de lo que hoy en día soy; porque me dio sus alas para cruzar horizontes, porque lo comprende todo escuchando en silencio, por darme su vida su espacio y su aliento. 

No encuentro el modo de expresar todo este amor rotundo porque mi madre es la mejor en el mundo.


Estudiante del Segundo Ciclo de la Carrera Técnica de Producción Agropecuaria del Instituto de Educación Superior Tecnológico Público “Centro de Formación Profesional Binacional”, ubicado en el distrito de Marcavelica, provincia de Sullana, Región Piura, Perú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario