martes, 12 de febrero de 2013

“la ciudad escondida”


Por: Helen  carolina morales more

Un 14 de octubre, un día lleno de alegría y felicidad. La familia de Daniela decidió hacer un viaje lejos de la ciudad. Ellos solo querían pasarla en familia; tener tranquilidad  y estar lejos de la ciudad en familia; pero nunca pensaron lo que les iba a suceder:

Luego de tanto esperar al fin llego la hora de abordar  la avioneta de propiedad de sus padres; de tanta alegría:

Javier papa de Daniela no se percató que la avioneta estaba fallando al poco rato el perdió el equilibrio de la avioneta y a los pocos minutos iban  cayendo;

 Daniela asustada dijo:

 ¡Mama! ¡Papa! ; ¿qué pasa que sucede  porque estamos cayendo? ; Díganmelo.

María respondió: nada mi princesa solo cierra tus ojitos y piensa en lo lindo que lo  pasamos juntos en familia.

Daniela  dijo: papa que pasa por que mi mama me abraza fuerte   y él le dijo : solo abrásanos  y  cierra tus ojitos lindos ; mi princesita ;   cuidarte mucho te quiero con todo mi corazón mi bebe…..

A las pocas horas de ocurrido el accidente Daniela recupero el conocimiento  y despertó. Ella se mira y se asusto al ver sangre  en su cuerpo. Luego observo todo y camino hacia los cuerpos de sus padres que estaban tirados junto a la avioneta desangrando; grito muy fuerte y  dijo: ¡Ayúdenme!

Luego escucho un ruido proveniente de un árbol muy alto y dijo:

¿Quién anda ahí?

Un pájaro carpintero respondió:

¡Hola! ; Soy eduar   y soy el cuidador de” la ciudad escondida “; estas aquí por el accidente que les sucedió a tu familia  y tú debes ser una humana mala que solo quiere hacernos daño. ¿Verdad?

Daniela asombrada al ver que el pájaro carpintero  hablo  le respondió:

¿Qué?   Tú me  hablas.

Eduar dijo: si yo soy el mismo; pues porque te asombras.

Daniela respondió: pues yo nunca  en mi vida había escuchado un pájaro hablando. Sabes yo soy una humana me llamo Daniela; pero no soy mala persona y pues dime como sabes que nosotros  sufrimos un accidente que como lo sabes  y porque a este lugar lo llamas “la ciudad escondida”.

Eduar le respondió: todos los que viven la llaman así pues este es un lugar que ningún humano lo ha descubierto; aquí todos viven de lo más lindo sin preocuparse  de que ningún humano nos haga daño. Pues te lo digo porque ya hemos sufrido por ello y pues todos los animales nos venimos a refugiar en este lugar.

Sabes pues nadie me dijo del accidente solo que yo observe todo el accidente que sufrieron. Sabes ya no estés así te ayudare pues creo que tu eres una linda jovencita que sobre vivió en este lugar. No temas  ya vuelvo con ayuda para recoger los cuerpos de tus padres para enterrarlos.

Daniela  dijo:

¿Qué? ¿Por qué dices eso? Mis padres no están muertos.

El cuidador le dijo: disculpa por no decírtelo mientras estabas inconsciente estuve viendo a tus padres hice todo pero no pude salvarlos discúlpame ellos te protegieron para que te salvaran. Sabes yo de ti me sintiera contenta que hasta esta edad tuviera  a mis padres.

Y Daniela le dijo: pues amigo eduar porque dices eso que pasó.

Nada

Porque dices nada y te pones triste.

Eduar responde: te lo cuento a ti pues tú está sola en este lugar así como yo  lo estoy.

Yo desde pequeño vivía en la selva peruana; ese lugar es muy peligroso para los demás animales ya que ahí perdí a mis padres; por culpa de los humanos que no  se dan cuenta que también los animales necesitan vivir; ellos solo les interesa sus necesidades, pero nunca se ponen a pensar que los animales  así como ustedes necesitamos vivir en paz y tener una familia como todos ustedes. Por culpa de ellos perdió a mis padres recuerdo  que desde pequeño; mis padres me protegieron de los balases que ellos lanzaban contra nosotros. Ellos en ese laczo murieron y me dejaron solo asa como tu; pues tu me recuerdas  todo lo que me sucedió cuando tenía a mi familia que era la mejor así como la tuya .pero tu caso fue culpa del destino no de ninguna persona mala.

Daniela muy triste al escuchar la historia de eduar le respondió: no te sientas triste te juro que yo también te ayudare así como tú lo harás con migo sabes te prometo que nadie te hará daño; pues en la cuidad donde vivo hay personas que cuidan los animales y les pediré ayuda para poner una denuncia contra la muerte de los anímales y nadie  les hará  más daño te lo prometo por la memoria de mis padres que estarán enterrados en este bello lugar.

Después de larga conversación eduar llevo a Daniela a su casa para curarla y que descanse un rato.

Luego de caminar Daniela asombrada de observar los lindos lugares y de la tranquilidad que se siente en este  lugar.

Al poco rato vio que unas gallito de la roca se asusto al verla y al cuidador le dijo :

¿Qué Pasa? ; Eduar; pues porque tus amigos se corren al verme.

No te asustes daniela: ya te comente porque razón. Aquí ningún humano ha llegado a descubrir este lugar y tu eres la única  persona que ha  descubierto este lugar; pues ellos se asombran al verte no te preocupes.

Luego llegaron a casa de eduar   Daniela descanso. Al poco rato eduar salió.

Daniela después de descansar por una hora despertó; se preocupo  pues eduar ya no estaba en casa y salió a buscarlo.

Luego salió en búsqueda de eduar en una esquina observo a un grupo de animales que estaban discutiendo y vio a Eduar que estaba ahí.

Ella les hablo y dijo: hola me llamo Daniela; no se asusten,  solo quiero saber porque están discutiendo.

Un papagayo le respondió : es por ti ; pues  tu eres un a humana mala y perversa y sabes en este lugar ningún humano es bienvenido; por ser malos con todos nosotros , ustedes solo nos hacen sufrir y sacar provecho de nosotros  pero sin darse cuenta que nosotros también necesitamos vivir y tener familia así como ustedes .

Daniela muy triste les dijo: no estás equivocado; pues  casi todos los humanos   no somos malos .sabes hay algunas personas que protegen a los animales así como lo eran mis padres. Ellos tienen una fundación contra la muerte  de los animales del país  y yo soy una persona de buen corazón y les prometo que no les hare daño se los juro. Solo quiero que me ayuden a regresar a mi casa con mis abuelos  eso  lo único que  les pido y ellos son los únicos que tengo vivos en este mundo.

El  al  ver de cómo estaba Daniela le pedio disculpas:

Discúlpame pues yo no quise hacerte sentir mal; por favor discúlpame y también yo te juro que todos te ayudaremos a regresar a casa  te lo prometo.

Bueno todos nosotros somos muy unidos; y haremos todo lo posible para ingeniarnos de cómo te regresaremos a casa.

Luego de tanta conversación; los animales se pusieron las  pilas para ver cómo  iban hacer.

Daniela muy entusiasmada  le pidió a eduar que la llevara donde enterró a sus padres; para despedirse de ellos. Pasaron varios días  y Daniela se sentía muy alegre por encontrar a unos animales de buenos corazones y además que hablan; ella se lleva un  lindo y triste recuerdo de este lugar.

Luego eduar llego muy alegre y le dijo: ven vamos a fuera te tengo una buena noticia. Daniela muy alegre corrió donde eduar le dijo:

Todos los animales estaban reunidos al ver eso dijo:

¿Qué pasa? ; Nada solo es una sorpresa. Sabes tú quieres a tus abuelos verdad.

Ella respondió: si ; porque me lo dices .

Eduar dijo: mira hacia atrás.

Daniela: volteo hacia atrás y vio a sus abuelitos  y se alegro. Ella muy emocionada dijo: ¿Qué? No lo puedo creer; pues como hicieron para traer a mis abuelitos hacia este lugar. El cóndor le dijo: discúlpame  pero no te lo podemos decir pues nuestro jefe no lo quiere que te lo digamos.

Daniela muy alegre les agradeció por todo lo que hicieron por ella.

Y les dijo los ayudare  para que ya no les hagan daño y siempre estarán en mi corazón se los prometo.  Sus abuelos también le agradecieron por todo lo que hicieron por su princesita querida. Eduar le respondió: de nada fue un gusto cuidar a una linda  jovencita.  Sabes solo quiero que nos ayuden a ya no morir por otros humanos malos solo nosotros queremos vivir en paz. Luego de todo Daniela regreso a casa y hizo todo por ayudar a sus amigos como se los prometió.

SIETE DIAS EN UN PARAISO



Por: Aponte Fernández Kevin

Allí estaba yo, inmóvil y excluido de la realidad en un espacio interminable, colmado de oscuridad y silencio. Lo excéntrico era que, no lo podía observar, tan solo percibir. Cada segundo que transcurría se convertía en historia. Mientras empezaba a sentir claramente los latidos de mi corazón, el espacio cambio en menos de un segundo, tornándose a rojizo amarillento por un leve resplandor que se perdió entre mí y que a causa de él, finalmente abrí los ojos y me encontré con  una maravilla única, pero hermosa solo hasta el momento.

Decidí ponerme de pie y mientras lo hacía, observaba la inmensidad de colores que distinguía a cada cosa; al estar casi en equilibrio, quede asombrado y con deseos de conocer cada lugar que me rodeaba.

Aquella hermosa naturaleza parecía no tener fin, los inmensos árboles chocaban unos contra otros, escuchándose el crujido de sus ramas; era como si había una lucha entre ellos y que la única arma era el viento; eran tan gigantes y llenos de vegetación que apenas daban espacio para unos cuantos rayos de sol. Había gran diversidad de plantas y animales de todos los tamaños y colores, cada uno de ellos tenía algo sorprendente. Se percibía un oxigeno puro que envolvía todo el lugar, desde la mas mínima hierba hasta la gran altura de los árboles; además de escucharse el bello trinar de los miles de pájaros ocultos entre la cima de éstos.

Tiempo después camine lentamente, descubriendo el comienzo de un nuevo lugar, no tan distinto al anterior, pues no me había alejado mucho, pero si seguía sorprendiéndome cada vez más. Las grandes praderas se perdían entre los arboles llegando hasta un par de muros cubiertos de mucha vegetación, en los que pude ver algunas rocas blanquecinas, separadas por la majestuosa transparencia del agua que se desbordaba lentamente, mezclándose en la profundidad del río para dirigirse hasta las faldas de las lejanas montañas.



Seguí mi rumbo con el objetivo de conocer este magnífico paraje y al estar muy próximo a él, sentí un resplandor de paz y felicidad atravesando mi alma, al encontrarme con el ser más bello que Dios ha creado. Fue un instante lleno de espejismos, en el que me invadió por completo la alegría y el deseo de conocerla; al caminar serenamente hacia ella, quien estaba recostaba a una gran roca junto al río, le hablé en voz baja para contemplar su rostro, pero los sentimientos que antes habían inundado mi ser, fueron remplazados por una gran tristeza y sensibilidad, la cuales, me ordenaron rápidamente tocar su mano, al darse esto me perdí en un laberinto  de fantasía, pero me liberé al sentir su delicada mano sobre la mía, seguidamente me miró profundamente a los ojos como si nunca en su vida había visto a un ser humano.



Tenía una mirada melancólica y debajo de sus ojos negros contemplé la transparencia de una lágrima que se derramaba por su mejilla hasta rozar con sus labios. Sin decir palabra alguna, me tomó de la mano dando a conocer que tenía una gran esperanza, la cual, posiblemente solo ella lo sabía. Me deje llevar como un niño que muestra inocencia ante el cariño maternal; cada vez sus pasos eran más lentos, dándome la facilidad de mirarla pacíficamente. Llevaba una bella flor, con tiernas hojas y pétalos celestes, el pedúnculo se escondía entre su negro y brillante cabello, el cual, se distinguía a la claridad de su piel. Ya no tenía palabras para describir su belleza, pero sí motivos para no dejar de mirarla, pues haciendo esto me sentía libremente feliz.

Al parecer, habíamos llegado al lugar anhelado por la frágil muchacha. Había mucha claridad, pudiendo observar  varias aves volando en lo alto del extenso y nublado cielo. Estábamos en una pequeña altura y frente a nosotros algo muy lamentable. Por primera vez, tuve la ventura de escuchar su voz diciéndome que su vida dependía de la existencia y cuidado de aquel lugar; era muy triste ver
como se iba deteriorando todo aquello que antes había sido tan hermoso, pues era parte del paraíso.
 

Muchas plantas perdían su color verde y otras ya casi ni tenían hojas; las viejas ramas de los árboles carecían de vegetación y el suelo estaba cubierto de hojarasca y flores secas, además, de ausencia de pájaros y otros animales; pues en fin, todo aquel sitio se volvía yermo mientras el ambiente adquiría un color grisáceo.

Volví a mirarla, pero esta vez con mucha pena y afán de ayudarla. Luego de unos minutos encontré el motivo de este problema así como la solución para este. Pues lo único que necesitaba aquel lugar era la refrescante y cristalina agua del río.


Fueron tres días de mucho esfuerzo en los que trabajamos unidos, sin perder la esperanza de lograr lo que tanto deseábamos. Mucho tiempo antes de que aquella pena invadiera ese lugar, este había sido al parecer el más hermoso del paraíso. Pues fue así, que una inmensa roca se desbordó bruscamente, dificultando que el agua llegue hasta allí.


Entre risas e historias vencimos aquel obstáculo, logrando apartar cada cosa que impedía la circulación del agua; como ramas, troncos y hasta grandes piedras. Pues fue en esos días en los que logré comprender que verdaderamente “la unión hace la fuerza”.

Había llegado el cuarto día. Subimos a la cima de un gran árbol para observar tranquilamente el extenso y deshabitado bosque, mientras recibía nuevamente su alma: El agua.

Pasaban las horas y disfrutábamos el tiempo alegremente, descubriendo muchas cosas. Nos alimentábamos de frutas y peces del río. Caminábamos y algunas veces corríamos. Subíamos a los árboles para para mirar el sol cuando se ocultaba y en la noche era maravilloso mirar fijamente la luna junto a millones de estrellas. Era difícil recordar cada flor, ave y animal terrestre que ella me enseñaba, mencionando un nombre a cada uno de ellos. Habían momentos en los que emitía una  hermosa voz y con aquel canto se acercaban a ella muchos pájaros pequeños con plumaje rojo y celeste, los cuales se alejaban después de hacer lo mismo que mi acompañante. Y fue así que conocimos gran parte del paraíso. El sexto día se terminaba y los dos habíamos decidido regresar en la mañana siguiente.
 
 

Había llegado el séptimo día y el sol empezaba a ser visto, mientras se respiraba un aire sereno. Juntos caminamos con gran aspiración de conocer lo que había sucedido. Al llegar finalmente allí, ambos quedamos maravillados al ver tan radiante belleza, sintiendo entre nosotros una paz llena de felicidad interminable. Pues aquel lugar opaco e infecundo, se había convertido en un espléndido y encantador paisaje.

Mientras ella miraba a su alrededor, recibí en mi mano una lagrima suya, pero esta vez por una gran alegría que expresaba. Luego de un momento me abrazó enérgicamente, agradeciéndome por todo lo que había pasado. Algo muy bello fue percibir la tierna sonrisa en su semblante lleno de amor y cariño, la cual, anunciaba la serenidad de un beso que finalmente se cumplió y que en un instante hizo que me perdiera en un espacio ausente de luz, para luego abrir los ojos rápidamente y darme cuenta que estaba acostado en la amplia pradera junto a mi cabaña, mirando la amplitud del firmamento en el que la luna era rodeada por innumerables puntos brillantes. Fue allí, que empecé a moverme, mientras me liberaba nuevamente en la realidad, comprendiendo que tristemente solo había sido un hermoso sueño.